¿Sabías qué? Sólo tenemos 7 segundos para causar una buena primera impresión
Si bien cada vez somos más mujeres las que le damos un lugar importante al tema de la imagen en nuestra vida cotidiana, todavía hay mucho por aprender y muchos mitos por derribar. Desde hace tiempo que observo a muchas mujeres profesionales que se desenvuelven extraordinariamente bien en sus puestos de trabajo, sobre todo en cargos altos o gerenciales, conocen minuciosamente el tema que es de su dominio, tienen una personalidad fuerte, son seguras de sí mismas, perfeccionistas, están en todos los detalles. Por el contrario, también veo a muchas mujeres a las que les gustaría acceder a un puesto de trabajo o ascender dentro de la empresa en la que se encuentran trabajando, o independizarse y emprender un proyecto propio. Estas mujeres son apasionadas, dedican mucho tiempo para sus emprendimientos y para lograr un producto o servicio que esté a la altura de posicionarse de manera competitiva en el mercado.
Sin embargo, muchas de estas mujeres no le dan importancia a su imagen personal, relegándola en segundo plano ya que para ellas es una pérdida de tiempo porque piensan que lo único verdaderamente importante está en sus capacidades y aptitudes para desempeñarse en su trabajo.
Tenemos que ser conscientes de que hoy vivimos en un mundo altamente competitivo y extremadamente visual. La comunicación no verbal representa para nuestro cerebro más de un 90% y estas son imágenes que procesamos muchísimo más rápido de lo que lo hacemos con las palabras. Creer o no, pero todos los días somos evaluadas en innumerables ocasiones por nuestra apariencia, nuestra ropa,peinado, accesorios, aseo personal, gestos, postura y tono de voz y, en consecuencia, las personas toman sus decisiones respecto a nosotras. ¿Nos contratan? ¿Nos compran? ¿Nos aceptan? ¿Nos dan una segunda oportunidad?
Nos lleva sólo 7 segundos...si si...sólo 7 segundos para hacernos una primera impresión basándonos en nuestra apariencia, comportamiento y comunicación. Y ¡OJO! Es muy difícil cambiarla, de ahí el dicho “No hay segundas oportunidades para una buena primera impresión”.
La buena noticia es que podemos trabajar en esa primera impresión que causamos, podemos crear estratégicamente una imagen que transmita un mensaje coherente y eficaz. Y, definitivamente, la mejor forma de crear nuestra propia imagen es que refleje nuestro interior, de esta manera transmitiremos seguridad y confianza en el otro, y además nos sentiremos mucho mejor nosotras mismas.
Nos preguntemos ¿Qué vamos a hacer con nuestra imagen de aquí en adelante, vamos a dejarla librada al azar? ¿Qué mensaje queremos dar a los demás? ¿Cómo queremos que nos vea el resto de la gente? ¿Y cómo nos queremos sentir nosotras? Nadie dice que sea fácil o que de un día para el otro vamos a vernos divinas, seguras, reflejar nuestro interior, y todo eso que parece abrumador. Pero con esto tenemos una puerta por abrir y comenzar un nuevo camino. ¿Vamos?
