¿Cómo Realizar un Buen Cuidado Diario de la Piel en Casa?

Muchas de nosotras soñamos con tener una piel luminosa, radiante, firme y de un tono parejo. Si bien, hoy existen infinidad de tratamientos para mejorar el aspecto de nuestra piel, en esta nota vamos a hacer un repaso de los pasos básicos y elementales para el cuidado diario. Como dice el dicho: "Y por casa ¿Cómo estamos?"
Para comenzar a cuidarnos la piel de manera EFECTIVA, diariamente en casa, es importante poder identificar ANTES qué tipo de piel tenemos y qué cuidados necesitamos. Saber que productos aplicar y cuáles son los adecuados para nuestra piel es igual de importante que el cuidado en sí mismo, ya que, si aplicamos diariamente productos o tenemos hábitos que son nocivos para nuestro tipo de piel, el cuidado se vuelve contraproducente.

Aquí identificaremos algunos cuidados básicos de acuerdo a las características generales de cada tipología de piel, quedando pendiente para cada una, que así lo elija, hacer una visita a un profesional capacitado que observe e indique específicamente que es lo más conveniente aplicar en cada caso particular. Cabe aclarar que, así y todo, cada producto se debe chequear sobre la piel y con el uso del mismo ver si está dando o no el resultado deseado, ya que esto es lo que tiene la última palabra a la hora de decir si un producto es efectivo o no para cada paciente.
Para empezar a identificar qué tipo de cutis tenemos vamos a hacer una diferenciación básica en tres grupos distintos que se identifican con la observación de la piel del rostro. Luego, una vez definido cuál de los grupos integramos y, en cada paso de los cuidados diarios de la piel que expongamos, vamos a ir proponiendo cuál producto está indicado, y cuál no, para cada grupo.
BIOTIPO CUTANEO

PIEL NORMAL: Color rozagante, textura suave y lisa, aspecto aterciopelado, poros u orificios pilosebaceos poco visibles y secreciones sebácea y sudorales equilibradas. La mezcla de estas secreciones son las que forman el manto lipídico (grasitud). Mas adelante veremos cual es su funcion.
PIEL GRASA: Color brilloso, tirando a rojizo, textura granulosa y espesor aumentado, aspecto lustroso, brillante, tiende a generar comedones abiertos y cerrados (puntos negros) y acné, poros u orificios pilosebaceos abiertos y visibles, secreciones cebaceas y sudorales en aumento. En este tipo de piel hay diferentes características que identificar: puede ser piel grasa deshidratada o piel grasa sensible y se divide en tres grados:
Piel grasa grado I: Poros agrandados en zona T (mentón, frente y centros faciales).
Piel grasa grado II: Poros agrandados y acné en zona T y en mejillas
Piel grasa grado III: Se observan poros agrandados en todo el rostro y además encontramos seborrea, grado de acné clínico más piel asfíctica (cuando la secrecion del sebo natural no consigue salir al exterior produciendo un tapon en el poro y asfixiandolo).
PIEL SECA: Color opaco, textura lisa, fina y con tendencia a la descamación según la hidratación. Aspecto tirante y poros cerrados, tendencia a generar arrugas y marcas de expresión debido a la deshidratación y poca actividad de secreciones sebáceas y sudorales. El cutis seco puede ser deshidratado y/o sensible.

Para un cuidado básico y diario de la piel es fundamental hacer una buena LIMPIEZA. Ésta puede ser con crema limpiadora, o leche de limpieza para el caso de cutis maduros, SECOS y/o deshidratados. En cambio, para el caso de cutis GRASOS o con una actividad cebácea exsacerbada, aplicaremos jabón de limpieza facial o emulsión liviana.
Si usamos MAQUILLAJE debemos demaquillar previamente con un demaquillante para poder removerlo.

Si usamos EXFOLIANTES, es importante saber que NO debemos sobreutilizarlo. Una aplicación con una frecuencia de una vez a la semana o cada 15 días es suficiente. Caso contrario, la piel puede sentirse agredida y actuará en defensa engrosandose y no es precisamente lo que queremos lograr para que la piel se vea saludable.
Luego de la limpieza es importante aplicar productos HIDRATANTES y HUMECTANTES para devolverle a la piel el equilibrio del manto lipídico que naturalmente tenemos y que sirve para defendernos de agentes externos. Una piel deshidratada es una piel vulnerable tanto al medio y a los efectos climáticos (sol, viento, frío, etc.) como a los agentes y bacterias que están en el ambiente (radicales libres, pacnes, etc.). Es por esta razón que es importante contener el manto lipídico y el equilibrio entre éste y la limpieza diaria.

Los productos que apliquemos para ello pueden ser cremas o emulsiones en cutis avenjentados, deshidratados, o, geles, lociones, emulgel o emulsiones livianas para cutis grasos y/o con acné.
Luego, podemos combinar, además de la HIDRATACIÓN y HUMECTACIÓN, productos específicos para cada afección. Ya sean productos antiage, ceborreguladores, activadores de las funciones de la piel, etc. Estos pueden estar combinados con otros productos o de manera individual. Tambien es conveniente el uso de un protector solar en la limpieza diaria, no así en la limpieza nocturna,.
¡ADVERTENCIA! Si al aplicar un producto, este genera irritación, enrojecimiento, o alguna reacción alergica se debe discontinuar inmediatamente su aplicación y consultar con un profesional.
Espero que esta publicación les haya servido para repasar lo que estamos haciendo, o no, diariamente en casa con el cuidado de nuestra piel, o, nos motive a mejorar y completar todos los pasos. Y, sobre todo, a generar el hábito diario con los productos adecuados para nuestro tipo de piel.
¡Hasta la próxima!