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¿Cómo me Cambió la Vida ser Asesora de Imagen?


Hoy es un día especial porque estoy recibiendo mis 40 años con toda la PLENITUD y ALEGRIA que, hace años atrás ni imaginaba estar viviendolo así, teniendo en cuenta semejante número, y que, cuando la crisis de los 40 era lo único que podía esperar creo que el haber tomado un rumbo diferente al predecible, al del mandato familiar y social fue, sin dudas, lo que me transformó para siempre.


Hace algunos años atras, en la busqueda de algo más que un título y un trabajo estable, algo que fuera más grande y de realización personal, comencé la carrera de Asesor de Imagen. Aquí en Córdoba no encontraba nada relacionado a esto por lo que comencé en el formato a distancia. Tenía a mi primer hijo de meses y completar sólo el primer módulo de la carrera me llevó un año entero, terminar la carrera, unos cuantos años más. Si bien este dato es anecdótico pensándolo bien todo podría haber terminado antes de comenzar y yo no estaría hoy, aquí, contandoles esto.


Mi propia Transformación


Algo que siempre cuento sobre mí es que definitivamente no nací con el don para vestirme bien, combinar prendas ni mucho menos con un ESTILO propio.

Lo primero que logré con la carrera fue mi propia transformación porque me dió información, herramientas y técnicas. Combinadas con mucha mucha práctica, entrenar el ojo, prueba y error, de a poco me convertí en mi propia asesora de imagen. Encontrar aquellas prendas especiales para mí, verme y sentirme yo misma en una versión mejorada impactó derecho en mi autoestima, en mi seguridad y sobre todo en mi lado más femenino. La carrera me atravesó a mi primero, para luego, ayudar a otras mujeres.


Salir a Reinventarme

Cuando me encontré emprendiendo con mi nombre como marca propia tuve que enfrentar uno de mis miedos más grandes: la exposición. Hace tiempo atrás pensar en subir una foto o publicar algo personal en las redes sociales me hacía dar taquicardia y pánico TOTAL.

Salir de mi zona de confort implicó mucho trabajo interior, tomar riesgos, animarme, confiar en mí misma, estar incómoda, en fin, dejar de lado quién había sido hasta ese momento superando miedos y bstaculos.


Encontrar mi Verdadero Propósito


Cuando nos damos cuenta de aquellas cosas que hacemos bien y nos salen naturalmente, que las hacemos con alma y corazón, que el tiempo vuela, que todo fluye, todas esas cosas tienen que ser claras señales de que hay un camino y un para qué hacemos lo que hacemos.

Cuando comencé a asesorar a otras mujeres, empecé a darme cuenta de la empatía que se generaba, de cómo podía entender lo que las mujeres sentían, lo que necesitaban y qué brindarles exactamente. Como si tuviera el don de reparar autoestimas!

Algo que comenzó como un servicio de imagen, al que todavía se pone en dudas si es superficial o no, se convirtió en una vocación de servicio, y donde, ayudar a las mujeres a encontrar su ESTILO auténtico, su mejor versión, a que se sientan más seguras de sí mismas pasó a brindarme dos cosas: la satisfacción más grande del planeta y encontrar mi propósito, ese para qué hago lo que hago.


La lista sigue, como por ejemplo las mujeres que conocí, las relaciones que se generaron, las puertas que se abrieron, etc, etc, etc.

Ser asesora de Imagen me cambió de muchas formas tanto en lo personal como en lo profesional, en definitiva me cambió a mí. Hoy agradezco todo el camino recorrido y estar aquí recibiendo una nueva década, sintiendome plena y poder compartirlo con ustedes.


¡Hasta la próxima!

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